Se conservan en nuestras calles algunos comercios que han superado la centena, generalmente regidos por familias en las que ya trabaja la 4ª ó 5ª generación. Muchos de ellos han sabido adaptarse a los nuevos tiempos sin perder el cáracter decimonónico en sus establecimientos.
El Ayuntamiento instala una placa de bronce en la vía publica, según diseño de Antonio Mingote, en la que se recoge el nombre del establecimiento, el año en que abrió, y la siguiente mención: "El Ayuntamiento de Madrid agradecido por los servicios a la Ciudad".
La Nueva Parisién en la calle Claudio Coello, 23. Reconocida mercería dedicada a los accesorios de alta costura. El origen del nombre de esta mercería, especializada en botones y accesorios de alta costura, debe buscarse en la moda parisina, que en esta época era un indicador de calidad y glamour y de la que su fundador, Federico García, nutría sus escaparates y alacenas. La tienda se dedica a los accesorios de alta costura: botones, cinturones, sombreros, tocados, flores, guantes, pasamanerías y encargos especiales. Realizados con diseños propios, sus botones brillan con luz propia junto a primeras marcas como Balenciaga o Pertegaz.
La licencia municipal se remonta al 30 de Julio de 1896 para las tiendas de la calle del Barquillo y la Montera. En 1945, un joven Rafael García Álvarez, nieto del fundador, comienza como aprendiz y se convierte en un experto del botón, realizando sus propios diseños y abriendo, en 1969, la sucursal que hoy continúa con sus hijas, Mª. Paz y Belén García.
La licencia municipal se remonta al 30 de Julio de 1896 para las tiendas de la calle del Barquillo y la Montera. En 1945, un joven Rafael García Álvarez, nieto del fundador, comienza como aprendiz y se convierte en un experto del botón, realizando sus propios diseños y abriendo, en 1969, la sucursal que hoy continúa con sus hijas, Mª. Paz y Belén García.
Joyería Yanes en la calle Goya, 27. Destacan por la exclusividad de sus diseños especiales y por sus colecciones de joyas. Claudio Yanes monta su primera joyería en la calle del Carmen. Desde los inicios se observa en sus diseños una clara influencia de sus orígenes toledanos, dando el nombre de su pueblo, Malpica del Tajo, a una de sus colecciones, “Malpica”.
Su hijo Esteban amplía horizontes con una tienda en la Carrera de San Jerónimo, destacando con sus diseños especiales de joyas realizadas para los invitados de la Boda Real entre Alfonso XIII y Victoria Eugenia. A su vez, su hijo es el creador de la colección “Alhambra”. En los 70 llega la cuarta generación con Jesús y su esposa Manuela y actualmente trabaja la quinta generación. Yanes cuenta hoy en día con sucursales dentro y fuera de España.
Entre sus colecciones destacan “Palacio Real”, con un número limitado de reproducciones de la “Colección de Plata del Palacio Real de Madrid” y “Tartesos”, que reproduce el sevillano Tesoro del Carambolo.
Joyería Durán en la calle Goya, 19. Esta centenaria joyería destaca por sus colecciones de joyas, los relojes y las piedras preciosas. Pedro Durán y Muñoz comienza su trayectoria profesional madrileña en la platería “Los Meneses”. Después de viajar a París decide montar, junto con su socio Carlos Muñoz, un taller de platería y cincelado en la calle de Alfonso XII. Su primer encargo fue una silla tallada para el Marqués de Castrillo. Pedro Durán se separa de su socio en 1891, comenzando su andadura en solitario. En 1899 se convierte en Proveedor de la Casa Real, a la que proporcionaría cubertería, vajilla, artículos de escritorio y un largo etcétera.
Su hijo Pedro se casa con Susana Bailly-Bailliere de la prestigiosa editorial que llevaba su apellido. Durante la Guerra Civil española se les incautan hasta 900 kilos de plata y el taller se utiliza para la fabricación de clavos de herraduras y varillas para balas. En la actualidad trabaja en esta firma la cuarta generación de la familia.
Álvarez Gómez en la calle Serrano, 14. La firma es conocida por su etiqueta amarilla con el escudo de León, recuerdo de los orígenes de los fundadores, los primos Herminio, Belarmino y Emilio, que vinieron a la capital en busca de fortuna.
Comenzaron en una droguería de la calle Peligros, donde trabajaban de día como aprendices y pernoctaban en ella como parte del salario. Al jubilarse el dueño del comercio se encargaron del negocio, momento en que comenzó la historia de sus aromas naturales a base de limón, bergamota, romero y geranio.
En esta época los perfumistas elaboraban de forma artesanal algunos de sus reconocidos productos: cremas de belleza, tónicos para el cabello, elixires antisépticos, perfumes y aguas de colonia, como la famosa “Agua de Colonia Concentrada Álvarez Gómez”. Hoy en día se conserva y utiliza la fórmula original de su colonia, auténtico éxito de ventas desde su creación en 1912.
La Pajarita en la calle Villanueva, 14. Fundada en 1852 en la Puerta del Sol, con el obrador bajo la tienda, por el bisabuelo del actual dueño. En 1969 se abre la sucursal de la calle Villanueva, frente al Museo Arqueológico y la Biblioteca Nacional. Actualmente es el único local que queda. Debe su nombre a la afición de los contertulios que frecuentaban los cafés de la época, entre otros Miguel de Unamuno, a realizar pajaritas con servilletas de papel. Sus productos, caramelos de dieciséis sabores y bombones, son artesanales. Tal era su fama que llegó incluso a dar nombre en 1913 a la protagonista de una zarzuela, publicada por Casa Dotesio, tan melosa y finolis que se pone de mote el nombre de la más famosa dulcería de Madrid.
Excelente relato de todos esos lugares con tanta solera de nuestro Madrid. Algunos de ellos visito de vez en cuando y la verdad es que se nota algo cuando traspasas la puerta, lástima que muchos otros hayan desaparecido.
ResponderEliminarGracias por todo, un abrazo.
Pedro Zorro Corredero
Precioso reportaje :)
ResponderEliminarUn saludo desde mi Madrid del alma,
Mayrit
Es verdad Pedro, hay tantos y tantos lugares de solera como dices, que vamos viéndolos poquito a poco.
ResponderEliminarMayrit, gracias por pasarte por aquí.
Un saludo
Me ha encantado este paseo. ¡Qué ganas de ir!
ResponderEliminarvaya recorrido bonito. Este tipo de comercios me gustan muchísimo. En cuanto a la peluquería, se ven muy poquitas ya con las rayas blancas, rojas y azules. Gran entrada Ángela. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Si PEPE, poquito a poco vamos haciendo nuestros pequeños recorridos por este nuestro gran Madrid.
ResponderEliminarSoy muy fan de la joyería Durán, pero hace poco he descubierto una que me gusta todavía aún más, se trata de Carlos Jiménez Joyeros, lo cierto es que no tiene la historia que la anteriormente mencionada, pero en tema de joyas no tiene nada que envidiarle...
ResponderEliminarhttp://www.shoponlinecarlosjimenez.com/