18 de enero de 2012
Se conservan en nuestras calles algunos comercios que han superado la centena, generalmente regidos por familias en las que ya trabaja la 4ª ó 5ª generación. Muchos de ellos han sabido adaptarse a los nuevos tiempos sin perder el cáracter decimonónico en sus establecimientos.
El Ayuntamiento instala una placa de bronce en la vía publica, según diseño de Antonio Mingote, en la que se recoge el nombre del establecimiento, el año en que abrió, y la siguiente mención: "El Ayuntamiento de Madrid agradecido por los servicios a la Ciudad".
Manuel de Diego abrió las puertas de su tienda-taller de abanicos, paraguas, sombrillas, parasoles y bastones en 1800. Tras pasar por distintas ubicaciones, se traslada al número doce de la Puerta del Sol. D. Arturo Herandi de Diego, diseñó el abanico para la boda de doña Letizia Ortiz, princesa de Asturias (que no pudo lucir a causa de la lluvia, pero que está expuesto junto con el vestido en el Palacio de Aranjuez).
Filatelia Gálvez en la Puerta del Sol, 4.
El primer establecimiento filatélico de Madrid lo fundó Leopoldo López en la calle de la Cruz en 1868. El negocio de sellos pasa a la familia Gálvez en 1895, convirtiéndose en dueños de la posiblemente filatelia más antigua de España. Sus publicaciones de catálogos filatélicos como los Catálogos de España y Colonias o su primer Catálogo Universal son famosos.
Gil, Sucesor de Antolín Quevedo, en la Carrera de San Jerónimo, 2.
En el arranque de la Carrera de San Jerónimo, zona de paso y venta en los siglos XIX y XX y en nuestro actual XXl, se encuentra este local dedicado a la venta de telas desde sus orígenes, y evolucionando con el tiempo a otros productos como abanicos, mantones de Manila, mantones españoles, mantillas artesanas, trajes de sevillanas, monteras, etc. El comercio, de tradición familiar, se conserva como el primer día salvo arreglos de suelo y escaparate.
Lhardy en la Carrera de San Jerónimo, 8.
Creada en 1832 como pastelería de productos típicos suizos, por Eugenio Huguenin, es en 1839 cuando se amplía su uso a restaurante. Es el primer comedor elegante de Madrid. En sus salones se reunían políticos e intelectuales, convirtiéndolo en el restaurante más veces citado en la literatura española. Actualmente, ir a Lhardy es como hacer un viaje al pasado, todo permanece inalterable al paso del tiempo.
Antigua Pastelería del Pozo en la Calle del Pozo, 8.
Fundada en 1830 por la familia Agudo, es una de las mejores, tradicionales y artesanas pastelerías de Madrid, donde se siguen realizando los hojaldres de forma artesanal, con planchas de hojaldre rellenas de crema o cabello de ángel.
Capas Seseña en la Calle de la Cruz, 23.
Esta casa, fundada en los albores del siglo XX, es uno de los baluartes de la moda clásica de España con clientes de la talla de la Casa Real Española, Hillary Clinton, Picasso, Buñuel, Rodolfo Valentino, Plácido Domingo, Hemingway, Gary Cooper, Catherine Deneuve, Federico Fellini y un largo etcétera. Santos Seseña Rojas, sastre de oficio, comienza a confeccionar en 1901 la capa española de modo artesanal, con los métodos tradicionales de corte y cosido a mano, en el local que aún hoy ocupa la cuarta generación de su familia.
Casa del Abuelo en la Calle de la Victoria, 12.
Esta tasca, fundada en 1906 por el toledano Tomás, debe su nombre al vino dulzón que vende, llamado “el abuelo”, procedente de Alicante. Comenzó bajo el nombre de “La Alicantina” y se dedicaba sobre todo a la venta de bocadillos de sobrasada y anchoas, rosquillas, vinos y licores. La mayoría de sus parroquianos procedían del mundo del toro ya que se encuentra en zona de venta y reventa de entradas para los toros de la plaza de las Ventas.
Farmacia Central de la Victoria.
Está ubicada en el número 6 de la calle Victoria desde mediados del siglo XIX, donde antes se levantaba el Convento y la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria de los Mínimos de San Francisco de Paula.
Guantes Luque en la Calle de Espoz y Mina, 3.
La fábrica de guantes comienza con el nombre de Federico Gely en la Puerta del Sol, trasladándose a las calles Espoz y Mina y San Sebastián más tarde. En 1912 Juan Antonio Luque se queda con el negocio. Luque registra la marca de sus guantes en 1927, incluyendo un lema que habla del gran surtido en guantes de sport, corte inglés, especialidad en guantes de Suecia y antílope.
Flores Manolita en la Calle de Cádiz, 10.
Esta floristería, dedicada a la venta de la flor y plantas naturales, es el único comercio centenario que queda en la calle Cádiz. El valenciano Leonardo García Calatayud se instala aquí en 1882 con un negocio estable de flores, en un Madrid donde las floristas ambulantes se pasean con cesto en mano con nardos, claveles y violetas, como tantas veces nos han reflejado las zarzuelas.
Fue proveedor de la Casa Real, a cuyo palacio enviaba flores cada día hasta la República. Entre sus clientes populares destaca Antonio Machín, que era asiduo en la floristería.
Librería Nicolas Moya en la Calle de Carretas, 29.
Es la primera librería especializada en medicina de España y abre en 1862. Además de los libros mantiene una sección de revistas y un apartado de obras de veterinaria, botánica, química, física y biología. Más tarde amplió su fondo con libros para la navegación deportiva, navegación profesional y demás obras relacionadas con el tema náutico.
Guitarras Ramírez en la calle de La Paz, 8.
Guitarras Ramírez fue fundada, en 1882, por José Ramírez de Galarreta y Planell, gran maestro luthier madrileño. Iniciador de la llamada Escuela de Madrid de Constructores de Guitarra, en la que actualmente continúan sus descendientes, ya quinta generación. Ramírez de Galarreta y Planell empezó como aprendiz a los doce años y a los veinticuatro se instaló en el Rastro. El primer domicilio fijo se encontraba en el 2 de Concepción Jerónima, con taller y tienda. Fue uno de los maestros guitarreros más destacados de su tiempo e iniciador de la llamada Escuela de Madrid de Constructores de Guitarra.
Librería Religiosa-Pontificia Hernández en la calle de la Paz, 4.
Creada en 1852, más de cuatro generaciones de la familia Hernández han pasado ya por la que probablemente sea la librería más antigua de Madrid. Especializada en materia religiosa, es reconocida por Pío XI como librería pontificia. Su edificio está incluido con el máximo nivel en todos los catálogos que se han hecho del patrimonio histórico y arquitectónico de la Villa de Madrid. Destaca tanto por el conjunto de su fachada como por los elementos decorativos de su espacio público interior, con especial referencia al zócalo de azulejos pintados y a las fornituras y muebles auxiliares.
Santarrufina en la calle de La Paz, 9.
En 1887, Pablo Arteaga y su socio el sacerdote Maximiliano se dedican a la venta de artículos religiosos en una tienda a la que llaman Casa Arteaga. En 1924 Pablo fallece y pasa a denominarse Casa Clero. Con la Guerra Civil se cierra, por razones obvias, convirtiéndose en centro de propaganda del PCE. Maximiliano fue fusilado en el transcurso de la contienda y al finalizar ésta, sus antiguos empleados José Santarrufina y Francisco Hera continuaron con la tienda, ya como Santarrufina. Actualmente es la familia Molina Salazar la propietaria de este emblemático negocio madrileño. Su fachada original se mantiene en perfecto estado, destacando el decorado de las vitrinas de la misma, realizado por Matías Melchor.
M. Guiseris en la calle Montera, 39.
En la calle Montera el grabador artístico Marcelino Guiseris establece su taller, con vivienda en el piso de arriba, el dieciséis de julio del año 1883. Famoso por sus trabajos para clubs y “sociedades sportivas”, contaba con un catálogo de diferentes velocípedos y realizaba chapas para bicicletas a dos pesetas en 1895.
Pasaje del Comercio o Pasaje Murga, nombre debido al promotor e inversor que compró los edificios, Mateo Murga. Pasaje comercial elegante que estaba ocupado por un café y diferentes tiendas, y fue inaugurado en 1847. Une las calles de Montera y Tres Cruces.
Entrada por la calle Montera
Pasaje de Matheu. En estos terrenos estaba el Convento de la Victoria y una vez que se expropia, lo compra el inversor Manuel Matheu que decide construir viviendas que dedica a alquiler, así como un pasaje comercial cubierto que se inaugura en 1847. Se conserva el trazado del edificio pero no los arcos de entrada y la cubierta de hierro y cristal.
Fue conocido como Pasaje de la Equidad, Pasaje del Bazar de la Villa de Madrid, y popularmente como la Pequeña Francia, debido a que en el pasaje había dos cafes: el cafe de París y el cafe de Francia. Une las calles de Espoz y Mina y de la Victoria.
Plano original
De las varias casetas que había en el pasaje, todavía existe la de la venta de localidades para los toros.
Vídeo realizado con las fotos que tomé en mis visitas por Madrid para ver los Comercios Centenarios. Música: "El preludio de La Revoltosa"
Interesante recorrido, Ángela. Muchas gracias por reseñarnos en la blogosfera. Compartimos tu entrada en nuestro Facebook.com/capas.sesena y en Twitter.com/Capas_Sesena.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias por compartir mi entrada en vuestro facebook y Twitter.
ResponderEliminarUn saludo
Hola de nuevo, Angela,
ResponderEliminarUna sugerencia: ¿no interesaría presentar el blog de la siguiente forma? (es sólo una idea).
http://conocemadrid.blogspot.com/view/flipcard
Un saludo, seguiré leyéndote :)
Jose
"Traspasemos lo existente: el futuro no es una mera prolongación del presente."
Excelente blog. Me encanta !! Diseño, dístribución, fotos, artículos... El blog perfecto para los amantes de Madrid. Mi más sincera enhorabuena. Me apunto el blog para futuras visitas y para recomendarlo a mis amigos. A seguir haciéndolo igual de bien.
ResponderEliminarSaludos de 365 IDEAS DE NEGOCIO
http://365ideasdenegocio.blogspot.com
¡¡¡Qué maravilla de entrada!!! Ángela, de todo corazón te doy la enhorabuena, me ha encantado. Da gusto ver ese tipo de comercios tan auténtico, y más gusto da ver que no se pierden. Son geniales. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea. http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
ResponderEliminarQue interesante tu post, viajar en el tiempo. Excelente leer este tipo de cosas.
ResponderEliminarSaludos y me quedo por aquí.
Rumiana
http://gastronomialosnaranjos.blogspot.com/
Arnedo, muchas gracias por tu sugerencia, no conocía esta forma de visualizar el blog, es muy curiosa, pero prefiero seguir de la manera tradicional. Felicidades por tu primer puesto en Blogosfera ;).
ResponderEliminarManuel me alegra que te guste el blog, me vas a subir los colores con tanto elogio, me anima mucho a continuar haciendo posts, gracias.
Pepe Lasala, si, qué razón tienes, es un orgullo que con las nuevas superficies sigan subsistiendo estos comercios tan antiguos.
Rumiana gracias por tu comentario y por seguirme, toda una alegría para mí.
Saludos cordiales para tod@s
HOla Angela, gracias por apuntarte a mi sorteo, solo te falta hacerte seguidora del blog o del Facebook y ya esta.
ResponderEliminarUn saludo
Rumiana
Hola Ángela, paso por aquí a saludarte, y aunque ya había visto esta entrada, vuelvo a hacerlo, pues me encantó. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea. http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
ResponderEliminarEn mi barrio (prosperidad) también hay una. La mercería "El Arca de Noe" :P
ResponderEliminarInteresante artículo ;)
Bss, Gyzz
Hay unos pocos más de Comercios Centenarios en otros barrios. Más adelante haré una nueva entrada con algunos de ellos.
ResponderEliminarMi marido y yo hemos hecho una visita a todos los comercios centenarios de Madrid para hacerles fotos. Algunos han tenido la gentileza de dejarnos fotografiar dentro del mismo, y tenmos 2 albumes con sus comentarios correspondientes y estamos muy orgullosos de nuestro un trabajo. Enhorabuena por ste blog tan interesante.
ResponderEliminarMuchas gracias. Yo también he podido sacar en algunos fotos del interior, e incluso Cafés la Mexicana ha tenido un detalle conmigo.
EliminarUn saludo