La Comunidad de Madrid forma parte de la meseta castellana y ha sido siempre lugar de paso entre sus dos mitades, separadas por la sierra de Guadarrama y a cuyos pies se encuentra el castillo de Manzanares.
Castillo de Manzanares |
Testigos de esta historia han sido y son las construcciones defensivas, las fortificaciones quizás uno de los vestigios más significativos de nuestra Historía.
A través de ellas podemos reconstruir cómo se ocupaba el territorio o cómo se delimitaba un asentamiento, qué capacidad tenía una sociedad para emprender grandes obras colectivas y cómo se organizaba.
Esta larga historia ha dejado sobre el territorio un buen número de construcciones de este tipo, algunas aún en pie, otras recuperadas por la arqueología.
Los castillos y las murallas medievales son las fortificaciones más conocidas.
Con el tiempo, estos sistemas defensivos, las fortificaciones, sirvieron para marcar el límite entre territorios y llegaron a representar el poder y la fuerza de quienes las construían
Atalaya de Torrepedrera o del Berrueco. El Berrueco
Esta atalaya ha sido reconstruida en fechas recientes. La altura conservada es de 10 m. y no conservaba restos del hueco de entrada, que ha sido recreado siguiendo el modelo de otras atalayas próximas. Está situada en el extremo sur del término municipal de El Berrueco, en la cima de uncerro de 1.030 m. de altitud. Se accede a ella desde la carretera de Torrelaguna a El Berrueco (M-133), a través del ramal (M-131) que conducehacia la presa y pueblo de El Atazar, que bordea la finca ganadera en la que está emplazado el monumento
La altura conservada es de 11,20 m. Está erigida sobre una zarpa a fin de proporcionar una base regular a la obra. La atalaya de Arrebatacapas ha proporcionado distintos elementos para su datación, como los fragmentos de cerámica aparecidos en su interior, que se corresponden con producciones del siglo X. Se practicó además la prueba del Carbono-14 a los restos de madera de un rollizo conservado en el muro, que arrojó una fecha en torno al año 1.000. Está situada al noroeste del casco urbano de Torrelaguna, en las proximidades de la carretera local de Torrelaguna a El Berrueco, accediéndose a la misma a través de una pista forestal. Está erigida en la cuerda de una loma situada a 20 m de altitud.
La atalaya se asienta sobre un afloramiento rocoso que fue regularizado mediante la construcción de una zarpa. En el hueco de entrada se conserva una gorronera que indica que la atalaya se cerraba mediante una puerta de madera de dos hojas. Se encuentra a la altura del kilómetro 49 de la carretera nacional Madrid-Irún (A-1), en las proximidades del acceso principal a la urbanización “Cotos de Monterrey”. Se ubica en la cima de un monte poblado de encinas que se eleva un centenar de metros sobre el terreno circundante
Recientemente restaurada. Tenía tres niveles de pisos, cada uno de ellos con una altura próxima a 2,50 m, a juzgar por los huecos de los rollizos (vigasque sostenían los suelos de madera) que se aprecian en el muro. Conserva el hueco adintelado de la entrada original. Se encuentra a la altura del kilómetro 4,5 de la carretera local M-122, entre El Vellón y El Espartal.
Se trataba de una torre cilíndrica, hoy desaparecida, que aparece representada en un dibujo del año 1629. Existen referencias a que aún estaba en pie a mediados del siglo XIX. Aunque su función original fuese otra, los primeros habitantes de Torrelaguna debieron aprovecharla como punto defensivo en torno al que agrupar sus casas. Luego la aldea fue creciendo de forma radial a partir de ese punto. Esto sucedió ya tras la conquista castellana, durante el proceso de repoblación (siglos XII-XIII). En la zona soriana, existen otros casos similares. Se encontraba en el centro del casco antiguo de Torrelaguna, muy próxima a la actual iglesia parroquial (junto al ábside donde hoy existe una plazuela).
Aunque en la actualidad no quedan vestigios de ella, su existencia está atestiguada por un documento del año 1786 en el que se menciona una atalaya de cal y canto bastante elevada que estaba situada en la cima de un cerro a un cuarto de legua del pueblo. Además, el cerro conserva su nombre. Seguramente fue destruida al construirse la carretera, hoy en desuso, que unía El Molar y San Agustín de
Guadalix siguiendo la línea de cerros que separa ambas poblaciones. Se encontraba en la cima de una elevación situada al norte del casco urbano de El Molar (a 881 m de altitud).
Se encuentra en estado de ruina avanzada, conservando únicamente seis hiladas y trazas de un cuerpo rectangular adosado. Un documento fechado en el año 1275 cita la "Torrecilla de Navahuerta" y el "Castillejo", que podrían identificarse con las atalayas de Hoyo de Manzanares y Torrelodones respectivamente. La atalaya del Collado de la Torrecilla aparece citada también en el Libro de la Montería de Alfonso XI (siglo XIV). Está ubicada en las estribaciones orientales de la Sierra de Hoyo de Manzanares y más concretamente en el Collado de la Torrecilla, paraje hoy día situado dentro del campo de maniobras de la Academia del Cuerpo de Ingenieros.
Se encuentra completamente reconstruida, habiendo sufrido diversas modificaciones respecto a su esquema primitivo. En el cuerpo rectangular adosado, por ejemplo, se han abierto huecos para ventanas y se han añadido merlones en sus esquinas. En el cuerpo cilíndrico se han producido modificaciones en su distribución interior y se ha añadido un pretil en su coronación. La atalaya se ubica al suroeste del casco urbano de Torrelodones, del que queda separada por la Carretera Nacional VI. En la actualidad se encuentra dentro de los terrenos de la Urbanización "Las Marías". El acceso al monumento desde Torrelodones se realiza desde la carretera de Torrelodones a Galapagar, una vez cruzado el puente sobre la A-6.
Apenas quedan unos restos del zócalo de la torre, situada en el flanco sudeste del cerro. En el mismo lugar, existe un buen ejemplo de los llamados "poblados de altura", asentamientos que suelen ocupar cerros aislados de difícil acceso y dotados de defensas naturales, que eran ocupados por pequeños grupos humanos dedicados al pastoreo estacional. El lugar se compone de tres cabezos graníticos separados por una explanada central, quedando el espacio existente entre las peñas cerrado por un muro de piedra colocada a hueso. El acceso al poblado probablemente se efectuaba por el flanco norte. Se desconocen la estructura interior del asentamiento y su cronología. Su estructura es similar a la del Cerro de la Cabeza (La Cabrera), de la Edad del Bronce. Aunque es posible que haya tenido también una ocupación de época medieval. El cerro de "Peña Muñana" está situado al este del casco urbano de Cadalso de los Vidrios. Se accede a la cima del mismo por una estrecha senda no señalizada que existe en su cara norte.
Construida en el siglo X con una fase posterior a la conquista castellana (perteneció a la orden de Santiago). Se encuentra en estado de ruina muy avanzada, subsistiendo únicamente restos del muro perimetral, de una torre situada en el sector oeste y de un aljibe con paredes de ladrillo. Para su construcción, se empleó en algunos sectores mampostería concertada con argamasa y enlucido de tipo calcáreo (faseandalusí) y, en otros, hormigón de gran consistencia con abundantes cantos de río como relleno (fase castellana).
Construida en el siglo X.
Construida en el siglo X con una fase posterior a la conquista castellana. Fue también escenario de combates durante la Guerra Civil (se conservan restos de trincheras). En la actualidad únicamente quedan algunos vestigios de la fortificación entre los que destacan un foso y restos de un aljibe excavado en la roca. El castillo de Ribas ocupaba la cima de un cerro situado en las inmediaciones de la ermita del Cristo de Rivas
Recintos amurallados: Medinas, Alcalás y Almudainas. Estos son los cuatro asentamientos andalusíes más importantes de la Comunidad de Madrid. Uno en cada valle: Talamanca en el Jarama, Alcalá en el Henares, Madrid en el Manzanares y Calatalifa en el Guadarrama. Alcalá servía de eslabón en la ruta hacia Zaragoza, junto a otras importantes fortificaciones como Guadalajara, Peñafora, Jadraque, Medinaceli y Calatayud. Y Calatalifa lo hacía en la ruta entre Segovia y Toledo, junto a Olmos y Canales (ya en la provincia toledana).
Construida en el siglo IX con una ocupación anterior de época tardo romana y visigoda, y una fase posterior a la conquista castellana. La planta del recinto amurallado de Talamanca del Jarama tenía forma de pentágono irregular, con unas dimensiones de 320 m de norte a sur y 470 m de noreste a suroeste. Los vestigios mejor conservados actualmente se encuentran en el extremo sur del casco viejo, donde subsisten varias torres, algunos tramos de la muralla y una de las puertas de la población. El recinto original andalusí era de tapial, aunque las torres tenían un zócalo escalonado de mampostería y ladrillos. El resto de las obras de piedra y ladrillos (según el modo de construcción denominado "aparejo toledano") forman parte de las reformas de los siglos XIII y XIV, mandadas ejecutar por los arzobispos de Toledo, señores de la villa tras la conquista castellana.
Construida en el siglo IX, con una fase posterior a la conquista castellana. Se abandonó durante la Baja Edad Media (siglos XIV-XV). En la actualidad, apenas se conservan restos visibles de la población de Calatalifa, que ha permanecido despoblada desde la Edad Media. Entre los elementos más evidentes cabe destacar dos aljibes situados en la zona elevada del recinto y en el talud que domina el cauce del río Guadarrama, así como algunos restos muy arrasados de la muralla que un día protegió el asentamiento (exhumados gracias a las excavaciones arqueológicas realizadas en el yacimiento). El enclave de Calatalifa ocupa una colina flanqueada a poniente por el curso del río Guadarrama y por el cauce de dos arroyos que discurren al norte y al sur del asentamiento. Se accede al lugar a través del Camino de los Pinares, que parte del casco de Villaviciosa de Odón hacia el suroeste (hoy al sur de la nueva circunvalación y del polígono industrial junto a ella). El yacimiento se encuentra dentro de una finca privada dedicada a la extracción de áridos de las riberas del río Guadarrama, pero se puede acceder a él sin dificultades.
Recintos amurallados medievales de Madrid.
El primer recinto amurallado de Madrid se levantó en la orilla izquierda del río Manzanares, en la cima de un cerro protegido al norte y sur por barrancos y al oeste por un empinado talud que descendía en dirección al río. Encerraba en su interior una superficie de unos 40.000 m2 aproximadamente y estaba constituido por una muralla de más de dos metros de espesor construida con bloques de sílex y caliza.
La fortaleza de Al-Qal’at ’Abd al-Salam o Alcalá la Vieja se encuentra al sur de la ciudad de Alcalá de Henares, de la que está separada por el cauce del río Henares.
Siglos XII-XV El recinto amurallado de Buitrago ocupa un emplazamiento en espolón cuyos lados mayores están bañados por las aguas del río Lozoya. El flanco más desprotegido, situado al sur, está cerrado por un muro demás de tres metros de espesor y unos nueve metros de altura. En el resto del perímetro la muralla tiene un espesor de unos dos metros y una altura próxima a los seis metros, ya que cuenta con el cauce del río como defensa adicional.
Dentro del recinto delimitado por las murallas, se encuentra el castillo de los Mendoza. Es una estructura cuadrangular de 25 m. de lado que está adosada al ángulo sureste del espacio amurallado. Dispone de varias torres para su defensa y también de barrera.
Siglos XIII-XV. El recinto amurallado de Torrelaguna ha llegado a nuestros días bastante degradado, aunque su perímetro puede reconstruirse con gran aproximación gracias a la documentación gráfica y los restos conservados en distintos puntos del casco urbano. Su trazado adoptaba aproximadamente la forma de un polígono irregular de seis lados, con unas dimensiones máximas de 370 x 225 metros.
La población de Torrelaguna se ubica en la falda de la Sierra de la Dehesa Vieja, prolongación de la Cuerda Largay la Sierra de la Cabrera. Se accede a ella desde Madrid a través de la A-1 y tomando luego la N-320 poco antes de alcanzar Venturada
Siglos XIII-XV. Las murallas de Alcalá de Henares alcanzaban un perímetro de casi cinco kilómetros. En su interior, junto al ángulo noroeste, se encuentra además el recinto del palacio arzobispal, de forma rectangular y dotado de torres, que estaba separado del resto del casco urbano por una muralla propia. Algunas imágenes antiguas como un grabado de Antón Van DerWyngaerde, fechado en 1565, muestran la disposición de distintos elementos del recinto que hoy no se conservan. El sistema constructivo general del recinto, típicamente alcaino, consiste en una base de mampostería con aristas reforzadas con sillares y el resto en mampostería encintada con vanos y esquinas de ladrillo. A lo largo del tiempo, se han ido realizando diversos trabajos de reparación y reconstrucción, de tal manera que en muchos casos es difícil saber si nos encontramos ante la obra original o se trata de obras de épocas posteriores. Los vestigios mejor conservados del recinto amurallado corresponden al sector del Palacio Arzobispal, cuya vinculación al estamento religioso lo mantuvo a salvo de la expansión urbanística de la ciudad.
Siglos XIII-XV.
Santorcaz era una villa perteneciente al Arzobispado de Toledo y dependiente de la capital de esta comarca: Alcalá de Henares. Durante el siglo XVI, el castillo fue empleado como "cárcel de nobles". Entre otros personajes ilustres, por él pasó la Princesa de Éboli, acusada de conspirar contra Felipe II.
Siglos XIV-XV.
Siglo XV.
El castillo de Torrejón de Velasco presenta un recinto rectangular, con unas dimensiones de 37x21 m. Los muros de este recinto alcanzan actualmente los 8 metros de altura y su espesor es de 1,40 m. Tres de sus lados están jalonados por torres semicilíndricas, levantándose en el cuarto la torre del homenaje, una construcción de planta cuadrada con cuatro pisos y una altura cercana a los 20 metros. El castillo de Torrejón de Velasco es un típico castillo señorial de dimensiones discretas, con un recinto que albergaba un conjunto de dependencias adosadas repartidas en torno al patio. Recientes excavaciones arqueológicas han descubierto que además estaba rodeado por un profundo foso defensivo. Perteneció a Arias Dávila, Condes de Puñoenrostro. Se encuentra en muy mal estado de conservación, aunque se han realizado algunas intervenciones con el fin de atajar su ruina. Durante los últimos siglos, había sido empleado exclusivamente como palomar. Se encuentra a la salida de la población, a la izquierda de la carretera que conduce a Torrejón de la Calzada y al camino de Toledo. El castillo es de propiedad privada y no está acondicionado para recibir visitantes. Actualmente está rodeado de una valla metálica que impide el acceso al interior debido al peligro de desprendimientos y a la existencia de algún pozo sin señalización.
El castillo de Villarejo está formado por una gran torre central de 16 metros de lado y una altura de 22 metros aproximadamente. Sus aristas y el centro de sus cuatro laterales están flanqueados por ocho grandes contrafuertes cilíndricos que contribuyen a aumentar la sensación de verticalidad. Una camisa de planta cuadrada con torres cilíndricas en los ángulos rodeaba en otro tiempo este torreón. Actualmente tiene cinco plantas, aunque las fuentes antiguas hablan solamente de tres más un sótano. Fue reconstruido durante los años 70, seguramente de forma poco rigurosa. El remate del torreón es una gran moldura corrida apoyada sobre arquillos ciegos y matacanes de factura moderna que reproduce su disposición primitiva. Perteneció a la Orden de Santiago y, como Fuentidueña, a su Encomienda del Tajo. Durante el siglo XVI, fue añadido otro recinto en cuyo interior se alzaba un palacio o conventual de la orden. La fortificación se encuentra frente a la antigua iglesia parroquial de Villarejo de Salvanés.
Siglos XIV-XV.
Del castillo de Perales de Tajuña apenas subsisten en la actualidad algunos vestigios como el cimiento de uno de sus muros y una torre angular de mampostería concertada que hoy aparecen embebidos entre las construcciones del casco antiguo. Es posible que estos restos pertenecieran a una fortificación de escasas dimensiones con planta cuadrangular y torreones en las esquinas, aunque la escasa entidad de los elementos citados impide afirmarlo rotundamente. También existen noticias de que el castillo se encontraba en el extremo de un recinto urbano del que sólo quedaría el nombre de alguna de sus puertas, pero ningún resto constructivo visible. La villa perteneció al Arzobispado de Toledo. Los restos de la torre angular pueden observarse desde la vía pública, en el flanco meridional del casco antiguo.
Fue construido en estilo gótico-mudéjar en el siglo XV, en el marco del recinto amurallado de la localidad, a orillas del río Lozoya.
La construcción que ha llegado hasta nuestros días data del siglo XV, si bien cabe suponer que hubo una fortaleza anterior, de origen musulmán. Al menos así se desprende de las primeras referencias escritas, que aparecen en el siglo XII, en tiempos de Alfonso VIII de Castilla.
La fortificación primitiva pudo tener un activo papel repoblador a partir del año 1085, año en el que Buitrago del Lozoya pasó a manos cristianas. El castillo quedó vinculado, desde la Reconquista, con la poderosa familia de los Mendoza, que constituyó la Comunidad de Villa y Tierra de Buitrago,
Entre sus visitantes y moradores ilustres, figuran el literato prerrenacentista Íñigo López de Mendoza, primer marqués de Santillana y conde del Real de Manzanares, y Juana la Beltraneja. El primero frecuentaba el lugar, donde organizaba numerosas fiestas y eventos sociales, y la segunda lo habitó, invitada por los Mendoza, en el contexto de sus disputas con Isabel la Católica por el trono de la Corona de Castilla.
El castillo de Buitrago del Lozoya sufrió daños de consideración durante la guerra de la Independencia.
El castillo se alza sobre la esquina sureste de la muralla que rodea el casco histórico de Buitrago del Lozoya, a la que ocupa parcialmente. Sus materiales de construcción (ladrillo, cal y piedra) dan cuenta de su influencia musulmana. La estructura original se conserva parcialmente y se encuentra en proceso de restauración. Algunos de sus elementos son utilizados para fines sociales o festivos. Su titularidad corresponde a la Comunidad de Madrid, que permite su visita, previa cita.
Fue declarado Monumento Nacional en 1931, junto con la muralla. También se encuentra protegido por las declaraciones de Conjunto Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural de las que fue objeto la villa de Buitrago del Lozoya el 11 de abril de 1993.
Castillo de Chinchón |
Castillo Villaviciosa de Odón |
Fuente del texto y fotos: Comunidad de Madrid
Excelente recopilación de construcciones casi desconocidas de la ciudad y poblaciones cerca de Madrid.
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