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viernes, 23 de abril de 2021

'El legado de Carmen Sánchez. La última lección'. Museo del Prado

Museo Nacional del Prado
Calle Ruiz de Alarcón, 23
🚇 Metro Banco de España

La exposición se puede visitar hasta el 24 de noviembre.

Carmen Sánchez García nació el 4 de diciembre de 1929 en Madrid, fallecida en 2016 a los 86 años de edad, había dispuesto en su testamento legar al Museo del Prado, de cuya Fundación de Amigos era miembro desde el año 2003, una casa en Toledo y 800.000 euros “para la adquisición y restauración de cuadros, específicamente”.
Licenciada en Filosofía y Letras, en la especialidad de Historia, se dedicó a la docencia durante toda su trayectoria profesional. Esta se desarrolló hasta su jubilación en el Colegio Nervión (ubicado en el madrileño barrio de El Viso), que contribuyó a fundar en 1973.
De acuerdo con el deseo expresado en su testamento, su legado se ha destinado a la adquisición de pinturas, efectuada entre 2017 y 2021. La mayoría de estas 15 obras se mantenían inéditas hasta ahora y 5 de ellas pertenecen a artistas no presentes en la colección, como Mariana de la Cueva y Barradas y Gabriel Antonio Corvoysier. Con la compra de la Alegoría de la Templanza de Alonso Berruguete, acaso la de mayor relevancia del conjunto, se incorpora al Prado uno de los artistas más brillantes del siglo XVI en España. Igualmente excepcional es el impactante Autorretrato de Pedro de Campaña, sin parangón en la pintura española del Renacimiento.

Destacan también obras de pintores españoles anteriores a Picasso como Mariano Fortuny, Eduardo Rosales y María Blanchard.
Todas las obras han pasado por los Talleres de Restauración del Museo Nacional del Prado dentro del programa patrocinado por la Fundación Iberdrola España como miembro Protector del mismo.

Los 15 cuadros comprados por el Museo Nacional del Prado

Alegoría de la Templanza. 1513 - 1516 Alonso Berruguete.
Se trata de la adquisición de mayor importancia del legado. Gracias a ella, el Museo incorpora a uno de los principales artistas del Renacimiento hispano. La obra, una de las pocas conocidas de su etapa de formación en Florencia y Roma (ciudad que aparece al fondo), representa una de las cuatro virtudes cardinales.

 
Autorretrato Pedro de Campaña (Pieter Kempeneer)
Esta obra es de gran importancia para el estudio de los orígenes del retrato en España y del papel desempeñado en ellos por este pintor, afincado en Sevilla. Se trata además de un autorretrato, cuya práctica era muy poco frecuente en los ámbitos artísticos hispanos del siglo XVI. Los finos y precisos toques de pincel y el dibujo detallado demuestran su excepcional calidad y la ascendencia flamenca de Campaña, que había nacido en Bruselas.
 
Mujer en el baño (¿Diana de Poitiers?)
Aunque existen numerosas réplicas del original de François Clouet (conservado en la National Gallery of Art de Washington), esta es la de mayor calidad de todas ellas.
Su compleja simbología remite a la corte francesa de Enrique II, quien tuvo como favorita a su posible protagonista, Diana de Poitiers. Así, el niño, el bebé y las frutas aludirían a la fecundidad, y el clavel, al amor.
 
Retrato de caballero Adriaen Thomasz. Key
Key, que trabajó para algunos españoles en los Países Bajos, revela aquí, de forma ejemplar, su capacidad para este género, en el que asentó gran parte de su prestigio. A pesar de la austeridad y sobriedad del cromatismo, el personaje se muestra de forma sincera y cercana
 
San Francisco arrodillado en meditación. Mariana de la Cueva y Barradas.
Al igual que la obra de Gabriel Antonio Corvoysier, se trata de una adquisición de especial trascendencia para la historia de la pintura española, pues en ambos casos son los primeros cuadros identificados de sus respectivos autores. Mariana de la Cueva, nacida en Guadix, Granada. El papel en el suelo incluye su firma y alude a Doménicos Theotocopoulos, pues la composición remite a una de las diferentes representaciones que el Greco dedicó a este santo
La Virgen del Carmen imponiendo el escapulario a san Simón Stock. Gabriel Antonio Corvoysier
Gabriel Antonio Corvoysier fue un artista madrileño, cuya actividad artística era solamente conocida mediante referencias documentales. La existencia de su firma en el reverso ha permitido la identificación de la obra, que se convierte así en la primera del catálogo de este pintor.
Muestra el aspecto original del grupo escultórico que Juan Sánchez Barba hizo para la madrileña iglesia del Carmen Calzado (hoy del Carmen y San Luis), uno de los más importantes del barroco cortesano y que gozó de gran fortuna artística.

La estigmatización de san Francisco. José del Castillo
Dada la escasa producción religiosa conservada del pintor, conocido especialmente por sus cartones para tapices, esta obra tiene especial relevancia para el estudio de su trayectoria artística. Además, contribuye al estudio de los seguidores madrileños de Antón Rafael Mengs. La influencia del maestro puede observarse en la claridad compositiva, el naturalismo de las carnaciones y la carga expresiva del santo. Un querubín, oculto por una antigua restauración y ahora recuperado, está trasfiriendo al santo los estigmas en manos, pies y costado.
 
Giuseppe Maria Ferdinando Dal Pozzo. José Aparicio e Inglada
El retrato es una de las mejores obras del artista, cuya fortuna crítica se ha visto afectada por la pérdida de algunas de sus pinturas más relevantes. Muestra su cercanía al Neoclasicismo internacional, que conoció de primera mano gracias a sus estancias en Paris y Roma.
El personaje ostenta en el pecho la Gran Cruz de la Orden de la Reunión. Esta, y el manto rojo que lo identifica como presidente de la Corte de Apelación, subrayan la relevancia del magistrado y, con ello, la estima lograda por Aparicio en la Roma napoleónica, donde llegó a ser tan valorado como Ingres.
 
Sagrada Familia del roble (copia) Luis Eusebi
Se trata de un cuadro de especial relevancia para la historia del Museo. Es una de las primeras copias realizadas tras su inauguración en 1819 y, además, pertenece al que fue conservador de la institución y autor de sus primeros catálogos. Dada la escasez de obras conocidas de Eusebi, esta permitirá avanzar en el estudio de su producción.
La copia también demuestra el gran éxito que tuvo el original italiano entre los artistas contemporáneos.
 
Los comuneros Padilla, Bravo y Maldonado en el patíbulo (réplica) Antonio Gisbert
El original de esta réplica se conserva en el Congreso de los Diputados y es una de las pinturas de historia más conocidas del siglo XIX. El asunto está vinculado con la causa liberal, de la que este pintor fue uno de sus más firmes defensores. El episodio, del que este año se cumple su quinto centenario, representa la ejecución de los tres héroes de la guerra de las Comunidades, tras rebelarse contra la injusticia del poder real y ser derrotados en Villalar, Valladolid, en 1521.
 
Doña Blanca de Navarra entregada al captal de Buch. Eduardo Rosales
La obra era una de las más importantes de Rosales que permanecía aún en colección particular y el Museo del Prado poseía ya muchos de sus dibujos preparatorios.
Representa el triste destino de la hija de Juan II de Aragón, desterrada por orden de su padre a Francia, donde murió finalmente envenenada.
Junto con La reina doña Juana en los adarves del castillo de la Mota y Presentación de don Juan de Austria al emperador Carlos V, en Yuste muestran la adaptación de la pintura de historia al pequeño formato, por la que Rosales optó al final de su corta vida.
 
Sala de Constantino en el Vaticano (estudio) Eduardo Rosales
La adquisición de trabajos y bocetos preparatorios relacionados con los fondos de la colección es una de las líneas de adquisición prioritarias del Museo. En esta obra, que Rosales pintó directamente del natural, se estudian muchas de las soluciones espaciales y compositivas incorporadas a la Presentación de don Juan de Austria al emperador Carlos V, uno de sus cuadros más conocidos y del que el Museo ha adquirido recientemente un dibujo preparatorio
 
La reina doña Juana en los adarves del castillo de la Mota. Eduardo Rosales
La obra tiene una especial relevancia en la trayectoria de Rosales, pues se trata de su último cuadro de historia, que no pudo acabar por su temprana muerte. No obstante, este hecho permite conocer su forma de trabajar, y este es uno de sus aspectos más interesantes.
Está protagonizada por Juana de Castilla, una de las mujeres que aparece con mayor frecuencia en la pintura de Historia. La reina ansiaba reunirse con su esposo en Flandes, pero su séquito intentó convencerla para que se refugiara del mal tiempo en el interior del castillo, situado en Medina del Campo, Valladolid. El Prado conserva dos dibujos y una pintura relacionados con esta obra.
 
Paisaje napolitano. Mariano Fortuny y Marsal
Esta pintura supone un buen complemento a los otros paisajes de la estancia de Fortuny en Portici que conserva el Museo, cuyas técnicas (obras sobre papel) impiden su exposición permanente en salas. Además, reúne, de forma más completa que estos, muchas de las búsquedas que ocuparon al artista durante ese verano, el último de su vida.
Muestra su trabajo del natural (aquí por primera vez frente al mar), el uso del color puro, los diferentes tipos de pinceladas y el empleo de la preparación sin cubrir.
 
La boloñesa (La boulonnaise).  María [Gutiérrez] Blanchard
Esta adquisición es de gran importancia para el Museo, pues es la primera obra que ingresa de esta pintora, una de las de mayor prestigio internacional del siglo XX. Pertenece a una etapa posterior al cubismo, cuando Blanchard retomó los volúmenes, la composición frontal y la factura pictórica.
Su asunto, que muestra a una joven vestida con un traje de la región francesa de Boulonnais, y la riqueza decorativa de la pañoleta resultan especialmente singulares dentro de su producción.
 
 Pinturas y estampas
 
Paisaje de Gredos
 
Vista de la calle Alcalá desde la plaza de Cibeles
 
Vista de la Puerta del Sol y de la Casa de Correos
 
Acueducto romano de Segovia
 
Abadia de Saint-Winoc en Bergues
 
El padrino galante
 
Catedral de Burgos
 
Ataque naval a Génova dirigido por el marqués Duquesne en 1684
 
La honorable señorita Bingham
 
Serena
 
Vista de la calle Mayor y de la fuente del Buen Suceso
 
Esculturas y objetos de artes decorativas
 
El Niño Jesús como Salvador Mundi
 
San Juan Bautista niño
 
Piotr Ilich Chaicovski

Sillón Thonet

Muñeco Minerva
 
Muñeco
 
Muñeca Franz Schmidt
 
Silla thonet
 
Lámpara

Fuente del texto y fotos: Museo del Prado

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