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miércoles, 10 de octubre de 2012

Comercios Centenarios IV

3 de octubre de 2012

Distrito Centro, Barrio de Sol
Metro: Sol

Se conservan en nuestras calles algunos comercios que han superado la centena, generalmente regidos por familias en las que ya trabaja la 4ª ó 5ª generación. Muchos de ellos han sabido adaptarse a los nuevos tiempos sin perder el cáracter decimonónico en sus establecimientos.

El Ayuntamiento instala una placa de bronce en la vía publica, según diseño de Antonio Mingote, en la que se recoge el nombre del establecimiento, el año en que abrió, y la siguiente mención: "El Ayuntamiento de Madrid agradecido por los servicios a la Ciudad".

La Mallorquina en la calle Mayor, 2. Las obras de construcción de la Gran Vía hicieron cambiar la ubicación de muchos negocios, entre ellos éste, que pasó de Jacometrezo a la calle Mayor, en el lugar donde antaño estuvo primero el Café del Comercio y posteriormente el Café Lisboa.
Su nombre se debe al origen mallorquín de los fundadores: Coll, Ripoll y Balaguer, y su producto estrella primigenio no era la napolitana actual, sino la ensaimada y el chocolate a la taza que les proporcionaba Matías López, cuya fábrica se encontraba en la cercana Montera y que degustaban los clientes en el saloncito que entonces estaba en lo que hoy es la trastienda.
Se trata de un establecimiento con dos departamentos muy bien diferenciados, ya que tiene café-bar y pastelería, aunque también vende fiambres. Son famosas sus ensaimadas, napolitanas o trufas. Su emblema es una mallorquina bailando, que aparece en su rosado papel de envolver. ¿Qué madrileño no ha probado alguna vez sus napolitanas?.




El Ángel en la calle Esparteros, 3. El Ángel abrió sus puertas en 1867, en la calle Postas 6, como Sobrinos de Pérez, para dedicarse a la venta de todo tipo de artículos textiles, pero manteniendo desde el primer momento una sección de tejidos para comunidades religiosas.
A finales de los ochenta se amplía la empresa de artículos religiosos a un local próximo, en la calle Esparteros.Es un comercio que, aun manteniendo el sabor añejo de la tradición, se ha adaptado a las nuevas tecnologías, ofreciendo un catálogo electrónico de venta por Internet a través del cual se pueden conocer y comprar sus productos (tejidos, imágenes, ornamentos, orfebrería, nacimientos, vidrieras, etc.).


Sobrinos de Pérez en la calle Postas, 6. El local de la calle Postas se dedica desde su origen al sector textil, sobre todo de tipo religioso. Al final, la tienda se especializa en la venta de artículos religiosos de todo tipo: hábitos, figuras o cualquier otro objeto de culto.
Sus fundadores, Basilio y Leoncio Pérez, oriundos de la localidad de Matute, en La Rioja, vienen a la capital a labrarse un porvenir, poniendo su tiendecita en una de las zonas mejores para el comercio del momento.
Don Benito Pérez Galdós cita este comercio en su obra “Fortunata y Jacinta, como queda corroborado por la placa que desde 1971 exhibe la fachada.
A finales de los ochenta se amplía la empresa de artículos religiosos a un local próximo, en la calle Esparteros. Es un comercio que, aun manteniendo el sabor añejo de la tradición, se ha adaptado a las nuevas tecnologías, ofreciendo un catálogo electrónico de venta por Internet a través del cual se pueden conocer y comprar sus productos (tejidos, imágenes, ornamentos, orfebrería, nacimientos, vidrieras, etc.).





La Camerana en la calle Postas, 16. Conocida como La Camerana, es en la actualidad Sucesores de Basilio Sánchez Pérez S. A. y se dedica desde 1854 a la venta de ropa interior. Allí es posible encontrar prendas térmicas, de fibras y tallas especiales.
Es una de esas tiendas tradicionales, las de toda la vida, que se encuentran en los aledaños de la plaza Mayor, en la calle Postas, situada en el local de la Antigua Casa Rovira, junto a otras también centenarias, y a las que los madrileños siguen acudiendo cada día.
El negocio pasa por diferentes ubicaciones y llega a contar con tres sucursales: ropa de niños en Mayor, camisas en Arenal y hogar en Postas, con clientes ilustres como Arturo Soria o Claudio Sánchez Albornoz. Tiene el número de marca de patente 34343 y está inscrita en el registro de rótulos con el número 110. Se anunciaba por la radio con un lorito que decía: “para camisetas de lana “La Camerana”.



Posada del Peine en la calle Postas, 17. Probablemente uno de los hoteles más antiguos de España y el más antiguo de Madrid. Fue fundado a principios del siglo XVII con intención de dedicarse a dar alojamiento a los huéspedes y forasteros que llegaban a la Corte, aprovechando la ubicación, ya que allí estaba la parada principal de las diligencias.
En el siglo XIX, se amplía con la casa contigua que daba a la calle de Postas, de ahí la dirección actual y su gran tamaño.
La ubicación del cuarto a alquilar dependía del poder adquisitivo de los inquilinos. Así, las habitaciones que daban a la calle eran más caras, pero más espaciosas, cómodas y ventiladas que las del interior. Tras numerosas reformas, se hace cargo de ella la cadena High Tech, que reabrió a finales del verano de 2005 con el nombre de Hotel Petit Palace Posada del Peine.



Casa Bartolomé Carnes en la calle de la Sal, 2. Casa Bartolomé Carnes se encuentra situada en un entorno privilegiado: en la calle de la Sal, antigua Real de la Sal, cuyo nombre deriva de que en ella estaba el depósito de venta de ésta.
Es una de las calles que nacen de la Plaza Mayor y desemboca en Postas. Se trata de una de las calles del Madrid galdosiano donde los antiguos comercios destacan entre los de venta de fruslerías para turistas.
El abuelo de los actuales dueños comenzó de aprendiz en los años 20 en la carnicería, ya entonces centenaria, y diez años después se queda con el negocio, que, tras tres generaciones, sigue contemplando desde su puerta la Plaza Mayor, mientras vende a madrileños y visitantes carnes como cochinillo, fiambres, quesos y jamones.
Frente a la carnicería está una de las famosas fachadas pintada por Antonio Mingote, en la que por unos falsos balcones asoman tipos madrileños.
 

Fachada pintada por Antonio Mingote en la calle de la Sal

Antigua Relojería Calle de la Sal en la calle de la Sal, 2. Fundada en 1880, se recompra por D. Genaro García Morales y se reforma en el año 39 para la venta de relojes, con el taller y la tienda en el mismo lugar.
La última reforma recupera las formas del siglo XIX. El interior, forrado de madera y cristal está repleto de bonitos relojes de pared.
El exterior ha recuperado su primigenia forma, con la madera y el cristal como protagonistas, dando gran estilo a una fachada pequeña pero llamativa por su belleza.
Venden todo tipo de relojes: de pared, antesala, sobremesa, cuco y piezas especiales, casi todos de origen alemán y suizo, con taller propio para realizar todo tipo de arreglos.



Casa Yustas en la Plaza Mayor, 30. Esta casa nace de la fusión de varias tiendas pequeñas que integra su fundador, Leopoldo Yustas Ayuso. Situado en plena plaza Mayor, zona comercial del Madrid de los Austrias, se dedica, desde su fundación en 1894, a la venta de sombreros, gorras, trajes regionales y efectos militares.
Para la fabricación de insignias, el montaje de banderas, banderines y gorras, se contaba con taller propio.
Otros productos se compraban, como las banderas en Cataluña y la sombrerería en Sevilla.
En sus actuales tres plantas de exposición podemos encontrar artículos de regalo, recuerdos y porcelanas, sombreros y efectos militares. Entre la sombrerería encontramos sombreros tradicionales, hechos a medida y de línea más moderna. Además la compra puede realizarse desde cualquier rincón del mundo a través de Internet.




 La Favorita en la Plaza Mayor, 25. Curiosamente se funda en el mismo año que Casa Yustas, y ambos se dedican al negocio del sombrero en la Plaza Mayor. Situada a la izquierda de la Casa de la Panadería desde sus orígenes, que comenzaron con Teodoro Engita, hoy van por la cuarta generación de “Engitas” dedicados a vestir las cabezas de los madrileños y sus visitantes.
El sombrero, en invierno y el “canotier o panamá”, en verano, era prenda necesaria para el caballero, sobre todo en el Madrid decimonónico. Dedicada a la venta de chisteras, bombines, sombreros de fieltro o gorras de punto, ha introducido, como otras tiendas de la Plaza Mayor, otros objetos como artículos de regalo, botas de vino (de las ZZZ), camisetas, bufandas, llaveros, abanicos, dedales, etc.
Sigue vendiendo todo tipo de elementos para cubrir la cabeza y mostrándolos en los ordenados estantes de su escaparate realizado con cristal y madera.




Fuente del texto: esMADRID.com

8 comentarios:

  1. La Mallorquina es el que màs conozco y adoro sus napolitanas. Tan calentitas... Tan blanditas...
    Muy bonito y enriquecedor el paseo de hoy.
    Besos.

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  2. La Mallorquina es el que màs conozco y adoro sus napolitanas. Tan calentitas... Tan blanditas...
    Muy bonito y enriquecedor el paseo de hoy.
    Besos.

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  3. Es que la Mallorquina tiene unas cosas muuuy ricas.
    Besos

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  4. Una entrada fabulosa. Me han encantado los comercios con tanto caché y con artículos tan curiosos y bonitos. Ay esas napolitanas, cuando vuelva a Madrid ya se donde voy a ir primero.
    Besos Angela y feliz domingo.

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  5. Una entrada estupenda. La verdad es que pensar en monumentos vivientes, palpitantes, enclaves o bastiones de historia. Más de un siglo, si los muros hablaran...
    Todos los lugares registrados jaja, porque nos han encantado, sobretodo la mallorquina(que el comer nos tira mucho jaja) y el favorito con ese escaparate tan completo^^
    Un saludín, GoBri!!!

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  6. Grandes comercios, grandes recuerdos, grande Madrid. Gracias Ángela porque con tu grandeza y pasión te metes hasta nuestra cocina para entregarnos estos retazos de un viejo Madrid que todos amamos y admiramos.

    Un abrazo.

    Pedro
    Zorro Corredero

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  7. Gracias a ti Alfonso, por pasarte por aquí
    Un abrazo

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  8. Pues nada Lola, la próxima vez que vengas a Madrid, no se te olvide comerte una napolitana.

    GoBri, parece que la Mallorquina llama la atención con diferencia, pues nada, hay un buen surtido ¡a elegir!

    Saludos

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