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lunes, 28 de diciembre de 2020

Breve Historía del Belén. Belenes en Madrid

Detalle de una cubierta de marfil carolingia (Lorsch Gospels)


El Belén es la representación plástica del nacimiento de Jesucristo, que se suele exponer durante la Navidad en hogares, iglesias y muchos centros públicos, como escuelas, organismos oficiales, comercios, etc. La construcción y exhibición de belenes forma parte de la liturgia navideña en muchas partes del mundo, especialmente en la tradición católica.
 
Un fresco recuerda en el santuario de Greccio el primer nacimiento interpretado por San Francisco de Asís.
 
Greccio. En 1792, a petición del público, se construyó una capilla memorial dedicado a San Francisco de Asís.

La tradición de los belenes se remonta al año 1223, cuando a San Francisco de Asís, patrón hoy de los belenistas, se le ocurrió montar un belén viviente en la cueva de Greccio, en la región italiana de la Umbría. Un vecino que poseía tierras en la zona cedió los terrenos, toda la población fue invitada y se colocó una estatuilla del Niño Jesús sobre el altar en que se iba a celebrar la Santa Misa nocturna, acompañado del buey y la mula, mientras los demás presentaban sus respetos al Niño.

En realidad, ya antes de Greccio, existían representaciones plásticas de la natividad, desde la época de las catacumbas (Nacimiento de la Catacumba de Santa Priscila con la Virgen y el Niño y el profeta Isaías señalando a la estrella, datado en el siglo II). Esta pintura sería la más antigua que se conserva de la Virgen María con el Niño en brazos.


La tradición del Belén, quizá de la mano de los franciscanos, se fue extendiendo desde el siglo XIV con figuras de terracota, cera o madera al principio como práctica eclesiástica, posteriormente aristocrática y finalmente popular. En 1465 se fundó en París la primera empresa fabricante de figuras de belén. En Alcorcón se creó el primer taller belenista peninsular en 1471. El tercer lugar en producir figuritas belenistas fue la República de Siena en 1475. Portugal en 1479, en Lisboa. La popular "Fira de Santa Llúcia" (en la foto) de Barcelona, de venta de figuras y objetos para el belén, existe por lo menos desde 1786.

Entre los más antiguos belenes conservados en la actualidad, debemos citar el realizado por Arnolfo di Cambio (Florencia, 1289). Este arquitecto de la Catedral de Florencia talló figuras en mármol blanco, parte de las cuales se conservan aún en Santa María la Mayor de Roma.

Durante los siglos XIV y XV las iglesias italianas se llenan de hermosos belenes fijos, muchos de ellos de terracota, como el de Andrea della Robia en el Duomo de Volterra.

El más antiguo de los belenes conservados en España, atribuido a los hermanos Alamanno, es el de la Capilla de la anunciación o de la Sangre de Palma de Mallorca, del siglo XIV. La tradición cuenta que llegó a la ciudad en circunstancias legendarias, gracias a un naufragio, en el año 1480.

Belén de la Capilla de la anunciación o de la Sangre de Palma de Mallorca, del siglo
XIV. Detalle

Muy antiguo también es el de la Catedral de León, del siglo XV, de autores
desconocidos, probablemente centroeuropeos

Felipe II recibió como obsequio un belén de coral, plata y esmalte, hecho en Trápani en 1570, quizá por Antonio Ciminello, que actualmente se guarda en el convento de las Descalzas Reales y se conoce con el nombre de Montaña de Coral. Es con seguridad el belén más antiguo que se conserva en Madrid.

En el siglo XVII el fraile mercedario Eugenio de Torices, artista madrileño, crea numerosas figuras para distintos belenes. Algunas de ellas aún se pueden admirar en la habitación de la infanta Isabel Clara Eugenia del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y en el Museo de Artes decorativas de Madrid (En la foto).
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Eugenio de Torices, detalle de una de las escenas del belén del Museo de Artes
decorativas de Madrid

Autores como Juan Martínez Montañés en el siglo XVI o Luisa Roldán "La Roldana" en el siglo XVII, contribuyeron con sus esculturas al auge posterior de la instalación de belenes. (En la foto Adoración de los pastores, Convento de Santa Clara de Sevilla, Martínez Montañés, 1621). Ya estaba bastante extendido en el XVII, por ejemplo en el inventario de bienes de Lope de Vega, constan figuras de un belén de su casa.

Belén de Luisa Roldán "La Roldana", siglo XVII, Palacio del Infantado, Guadalajar

En la Iglesia de San Ginés se expone todos los años un Misterio Barroco, de autoria
anónima, de incalculable valor, realizado con figuras de este mismo siglo

En la Basílica de Jesús de Medinaceli se expone también un Belén vestidero Barroco

Los Cruzados de la Fé exponen un belén con figuras más toscas, pero que para algunos es el más antiguo belén popular madrileño y que datan - algunas de las figuras – también del siglo XVI y XVII.

Llegan en este momento los primeros belenes napolitanos (de vestir con figuras articuladas) - no olvidar que Nápoles era un virreynato de la Corona de España -, como el de las Agustinas Recoletas de Salamanca que en 2011 se expuso en el Monasterio de la Encarnación. Vestidas con ropas de raso bordadas con oro y plata, está datado sobre el año 1646 y fue un regalo del conde de Monterrey y virrey de Nápoles, don Manuel de Zúñiga y Fonseca, a su hija Inés de Zúñiga, nacida en 1640, que fue enviada con cuatro años al convento. El escenario era una casa charra del XVII.

El Belén de las Agustinas Recoletas de Salamanca, casa charra del siglo XVII

Pero el gran impulso del Belén llega cuando a a mediados del siglo XVIII el rey Carlos VII de Nápoles pasó a ser Carlos III, rey de España. El belén napolitano más famoso de la época es el llamado Belén del Príncipe, encargado para el futuro Carlos IV y que se suele exponer en el Palacio Real de Madrid en fechas navideñas. Son figuras articuladas y vestidas, que imitan a diferentes personajes cortesanos, ataviados según la moda del XVIII y dispuestos en una escenografía compleja que imita los edificios barrocos napolitanos o las ruinas de las cercanas Pompeya y Herculano.

Otros belenes napolitanos que suelen exponerse en las navidades madrileñas son el del Museo de artes Decorativas (en la foto) en el Monasterio de Santa Ana y San José o algunas de las figuras de la Parroquia del Espíritu Santo. Se promovió así la difusión de los nacimientos entre la aristocracia española, llegando posteriormente a la práctica popular en España y en América.

Belén napolitano del Monasterio de Santa Ana y San José en la calle General Aranaz, Ciudad Lineal

También son napolitanos los expuestos en el Museo de Historia de Madrid (en la foto) y
en el Museo Thyssen

Belén del Museo Thyssen

No todos los belenes napolitanos del XVIII son de vestir: en la Parroquia de San Andrés se expone a lo largo de todo el año un Belén Napolitano realizado en marfil de éste siglo. (San Andrés)

Aunque los belenes habían llegado ya antes a América – tenemos un buen ejemplo en el misterio y cabalgata de Reyes de las Carboneras quiteño -, en el siglo XVIII, tras la disolución de la orden de los jesuitas, los franciscanos ocuparon su lugar y usaron los belenes como método de evangelización. Son habitualmente muy curiosos y anacrónicos, ya que incluyen animales y plantas americanas, que en Palestina no se conocían en tiempos de Jesús, pero que recuerdan el carácter rural de la escena.   (Carboneras)

 
La Casa de México expone desde hace dos años una colección de belenes mexicanos y en el Hospital de San Rafael se exhibe una colección de belenes del mundo. En la Casa del Lector de Matadero (en la foto Belén peruano) también se han expuesto varios años.

En el siglo XIX apareció el arte (o afición artesana) del belenismo, que en general se practica a través de Asociaciones Belenistas, la primera de las cuales fue la de Wenns (Austria) en 1860, Aunque se cree que en Barcelona ya existía una asociación belenista anterior a esta fecha, su creación oficial es en 1863. Como la asociación de Wenns desapareció al cabo de un año de su fundación, la barcelonesa es la asociación con actividad en la actualidad más antigua del mundo. La asociación internacional es la Universalis Foederatio Praesepistica, con sede actual en Roma (en la foto su logo). Hoy son miles los hogares en los que al llegar la Navidad, se instala un Nacimiento. Cataluña, Murcia, Andalucía y Madrid, durante el siglo XX, son los centros de fabricación de figuras de belén más importantes y en la actualidad continúan haciendo figuras

Asimismo, en Madrid se exponen belenes procedentes de las distintas escuelas españolas. Es interesante comparar los belenes madrileños, con los murcianos – hace años en el Museo de la Ciudad se exponía un belén de Cieza y en la Iglesia de San Antón otro con figuras de Salzillo-, catalanes – en la Almudena y en el Cristo de Medinaceli se exponen dos de la estilizada escuela de Olot – y sevillanos – Hermanas de la Compañía de la Cruz -. En la Catedral de la Almudena se mezclan figuras de Castells (catalán), Nicolás (murciano) y Mayo (madrileño) que permiten apreciar las diferencias. En el Monasterio de Santa Isabel se exponen cinco grupos tallados, dorados y policromados de escuela madrileña y murciana del siglo XIX. Entre los madrileños - figuras de Mayo Lebrija fundamentalmente – destacamos los de la Comunidad de Madrid, Ayuntamiento (en la foto el de este año en Casa de la Villa), Centro Cultural Casa del Reloj, Iglesia de San Miguel...

En nuestra comunidad se realizan también varios belenes vivientes, entre los cuales destaca el de Buitrago de Lozoya.

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